La Constitución Política del Estado (CPE) y normas específicas ambientales en Bolivia enfocan el nuevo Estado orientados al logro del Vivir Bien como el horizonte que reivindica la cultura de la vida comunitaria en plenitud con un desarrollo integral en armonía con la Madre Tierra, en contraposición a la cultura del individualismo, del mercantilismo y del capitalismo que se basa en la explotación irracional de la humanidad y la naturaleza, recuperando las raíces.

El Artículo 373, parágrafo I establece que “El agua constituye un derecho fundamentalísimo para la vida, en el marco de la soberanía del pueblo. El Estado promoverá el uso y acceso al agua sobre la base de principios de solidaridad, complementariedad, reciprocidad, equidad, diversidad y sustentabilidad”. El artículo 342 señala que “Es deber del Estado y de la población conservar, proteger y aprovechar de manera sustentable los recursos naturales y la biodiversidad, así como mantener el equilibrio del medio ambiente (Artículo 342). Asimismo, el Artículo 343 indica “La población tiene derecho a la participación en la gestión ambiental, a ser consultado e informado previamente sobre decisiones que pudieran afectar a la calidad del medio ambiente”.

El enfoque del Vivir Bien es esencial para enfrentar las crisis ambientales territoriales, fortaleciendo a su vez la pluralidad de enfoques, la coordinación efectiva entre los niveles del Estado Plurinacional, la participación de la sociedad civil y de las naciones y pueblos indígena originario campesinos, comunidades interculturales y pueblo afroboliviano, así como los diálogos intercientificos y los conocimientos tradicionales y locales.

Múltiple crisis ambiental y crisis climática

El alcance de los mandatos constitucionales se está poniendo en riesgo con el impacto cada vez mayor e intenso de la crisis climática en el país, que es producto de factores globales vinculados con el modelo de desarrollo capitalista, poniendo en grave riesgo la calidad ambiental, así como la conservación y uso sustentable del agua y de la biodiversidad.

A su vez, el país está avanzando hacia una crisis ambiental generalizada en los diferentes territorios debido a las elevadas cifras de contaminación, afectación a la biodiversidad, presión social y económica sobre territorios y ecosistemas frágiles, que están produciendo un desequilibrio en los sistemas de vida y empezando a afectar en particular a la población más vulnerable.  Los territorios están siendo pensados como un recurso natural en lugar de componentes de los sistemas de vida de la Madre Tierra. Es importante fortalecer y profundizar desde los ámbitos territoriales en el mandato constitucional del Vivir Bien, en el marco del balance y armonía con la Madre Tierra.

Dentro del problema de la contaminación global, el plástico tiene un lugar propio, debido a que lo fabricamos y usamos tanto, que nos ahogamos en él. Nuestros océanos, lagos, ríos y otros, están llenos, hay verdaderas “islas de plástico” que están empezando a afectar a la salud humana.

La problemática de contaminación ambiental es mayor en las ciudades y en aquellas más densamente pobladas que están empezando a tener mayores problemas en la calidad del aire y mayor contaminación en todos los ámbitos, incrementando sus factores de riesgo principalmente en la salud humana y de los ecosistemas.

Agua y crisis climática

El agua es un recurso natural vital para la vida humana y sus diferentes manifestaciones sociales, económicas, productivas y de gestión de los sistemas de vida. El agua es vital para sostener los diferentes sistemas de vida en el país, disminuyendo la pobreza y avanzando en el crecimiento económico, en el marco de una gestión integral y sustentable de los recursos hídricos, con enfoque de cuenca. El mundo ya ha empezado a enfrentar una crisis de agua que se profundiza con la crisis climática. En el país se requiere realizar acciones que se orienten a la gestión de los recursos hídricos con enfoque de emergencia climática de tal modo de garantizar el uso del agua de forma sustentable a lo largo del tiempo, en escenarios con mayor intensidad climática. Esta es una tarea compleja que involucra una adecuada intervención del gobierno en sus tres niveles del Estado, con la activa participación de los usuarios locales, tomando en cuenta los diferentes usos del agua (agrícola, urbano, industrial, medio ambiente y recreación).

Bosques y biodiversidad y crisis climática

En la actualidad el país tiene como uno de sus principales desafíos enfrentar la deforestación ilegal y los incendios forestales que en los últimos dos años destruyeron millones de hectáreas de bosques en el país, y en conjunto constituyen acciones que en el país provocan las mayores emisiones de carbono a la atmósfera. Además, ambas acciones tienen un alto impacto en los ecosistemas y en las especies animales que se ven obligadas a emigrar o se extinguen. Otro tema que preocupa es la expansión agrícola y ganadera asociada a los incendios forestales.

A su vez la perdida de la biodiversidad y la extinción acelerada de especies de flora y fauna son cada vez influenciadas por la crisis climática, que está acelerando la extinción de muchas especies, vegetales y animales. La biodiversidad es necesaria para los balances y equilibrios en los ecosistemas, y si se rompe este equilibrio se producen y se producirán consecuencias dramáticas para la humanidad y la Madre Tierra en todos los niveles, desde el ámbito local al global.